A riesgo de ponernos redichos hay que reconocerlo: "todo requiere su tiempo". Hace ya unos meses que estamos en el cottage y poco a poco todas y cada una de las piezas comienzan a encajar. Llevará más o llevará menos pero al final cada cosa termina por encontrar su lugar y su momento.
Cuando vinimos a la casa nos trajimos todas las plantas que teníamos en la terraza del ex-piso, sabiendo que no todas se aclimatarían. Había un invierno por medio y nuestras preocupaciones durante varios meses no fueron precisamente las flores del jardín.
Una de nuestras plantas preferidas es un enorme Red Robin que nos ha tenido preocupados. Parecía que no iba a soportar los meses de frío pero al final nos ha dado una alegría. Luce espectacular, ha mudado a rojo el color de algunas hojas -que por cierto ya han comenzado a caer- y ahora muestra los nuevos brotes. Lo hemos puesto al cobijo del olivo y seguro que cuando llegue el verano nos dará aún más motivos de alegría.
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