Conozco a un hombre de 85 años,
muy enfermo, perdidamente enamorado de su asistenta social, 50 años más joven
que él.
Conozco a una guapa adolescente
que cuando se disfraza de femme fatale me recuerda a la madrastra de
Blancanieves.
Conozco a un directivo de empresa
que jamás da las gracias ni pide disculpas por nada, ni tan siquiera por su trabajada
estupidez.
Conozco a una joven política local, a la
que llaman cariñosamente “el florero”, que empalma un máster tras otro sin que
se sepa exactamente cuál es su actividad profesional ni cómo se paga esos
estudios.
Conozco a un cincuentón que de
jovencito coqueteó con el anarquismo y que ahora milita, plácidamente y sin complejos, en la derecha más ultraliberal,
musculada y revisionista.
Conozco a una treintañera con una
pulsión sexual muy desarrollada y la medicación en el bolso, que se cree con
derecho a pedirte lo que sea y que le sea concedido “porque yo lo valgo”.
Conozco a un budista tan buen
tipo que hasta le perdono su empalagoso proselitismo.
Conozco a una chica de 15 años
que desde hace 4 tiene claro su objetivo en la vida: ser cajera en un súper. Lo
que no sabemos es si será antes o después del embarazo no deseado.
Conozco a un mejicano encantador
que es el doble de Aznar y que si te despistas, te invita a limonada.
Conozco a un director de cine que
no ha dirigido ni un corto y a un escritor cuya novela más larga no pasa de los
140 caracteres.
Conozco a un periodista que se
disfraza de cuarentón para ocultar al adolescente que lleva dentro.
Conozco a una anciana que se
maquilla como cuando tenía 25 años y es lo más parecido que se me ocurre a la
bruja de Hansel y Gretel.
Conozco a un político que con 20
años se afilió al partido y lleva otros 20 sin haber firmado nunca un contrato
de trabajo. Eso sí, jamás le ha faltado un sueldo.
Conozco a un pulcro empleado de
banca que los fines de semana gira bolos como batería en un grupo musical de
fiestas mayores.
Conozco a una actriz pésima y sin
remedio, de familia bien, que sueña con triunfar en Londres.
Conozco a un tío muy enrollado
que es capaz de pasar el mes con una paga de 450€ y aún le sobra dinero para
tabaco.
Conozco a un peluquero que cuando
afila la hoja de afeitar te mira con ojos de Michael Corleone y te entran ganas
de salir corriendo.
Conozco a un matrimonio de inmigrantes, muy buena gente.
En los últimos ocho años han tenido cuatro hijos y tres coches. Ella no ha trabajado nunca. Él no trabaja, ni ahora ni
antes. Viven de las ayudas públicas. Esperan su quinto hijo a finales de verano.
Coneixo a una cap {hiperactiva} que no és feliç veient la gent feliç.
ResponEliminaUf!!!! un repàs boníssim de la {nostra} societat actual.
Bona nit!
Jajaja Jo també he conegut algun cap d'aquests. Vols dir que no és una assignatura que els hi fan fer quan estudien per ser "jefes"? ;-)
Elimina